LATAM - Montebello y Chiflon
Me levanto temprano, sigo teniendo escritos pendientes y eso me agobia, porque pierdo información que se va olvidando.
Desayuno, me recogen a las 8. El conductor es Angel, el bus va lleno, hay tres parejas y un chico que va solo de Suiza, Nicolás. Tardamos como dos horas hasta el Parque Natural de Chiflon, donde hay varias cascadas, la más importante es el Velo de la Novia, con ciento treinta y pico metros de altura. Por el camino paramos a los baños y a tomar algo, alimento a una familia de perros callejeros. En la caminata nos acompaña un guía, no explica nada, es acompañamiento y ya está. Las primeras no son muy interesantes, es bosque y agua, pero la cascada principal es impresionante. Accedo a tomarme la foto típica del velo. Grabamos, sacamos fotos, volvemos. Hay una pareja que nunca ha subido en tirolina y pagan por bajar en ella. Saco mi iniciativa y hago bromas, les animo a sacar su niño interior, eso hace que la chica con vestido se anime también. Cuando se tiran, el resto seguimos bajando. Voy la primera y me paro en el camino, les señaló en silencio hacia adelante, hay una serpiente cascabel cruzando el camino. La pachamama y su forma de concederme todos los caprichos.
De Chiflon a los lagos de Montebello tenemos también hora y media, paramos a comer en unos puestecitos separados pero que todos venden lo mismo. Pido carne asada, al final pagas 150 pesos por un trozo de carne, lo demás es arroz, frijoles y tomate con pepino. Las tortillas no faltan en la mesa. Empiezo a aborrecer la misma comida una y otra vez. Aunque aquí echo de menos el aguacate. Pruebo el agua de Jamaica.
Llegamos a los lagos, el lago llamado internacional es mitad guatemalteco mitad mexicano. Allí me encuentro con una perrita que es lo mejor del día. Me sigue todo el camino, de un lado a otro, se acerca para que la acaricie, se anima cuando le digo que corra. No se despega de mí. Me da mucha pena dejarla y ver como persigue la camioneta ladrando. Lloro un poco por dentro y pienso en Django, ¿aceptarías una compañera?. En el siguiente lago nos ofrecen un paseo en barcas hechas con troncos, quería hacerlo pero al final paso de gastar 250 pesos más propina. Así que el suizo y yo esperamos esa hora sentados, hablando. Ha recorrido gran parte de América Latina, trabaja haciendo contenido en redes sociales, mañana se va a Guatemala. Interactuo con gente de otros grupos que va llegando, hablo con Angel de nuestro trabajo y de anécdotas. Cuando llegan todos regresamos, son las 5h30 y tenemos 3h.
Por el camino le pregunto por las pancartas y pintadas en las casas sobre partidos políticos. Los representantes del partido les pagan para ello, es una forma de comprar votos como imaginaba. Me explica cómo en Chiapas escogen a sus políticos. Finalmente me duermo cuando es de noche, para estar más descansada si salimos a bailar.
Cuando llego estoy cansada, les escribo a estos a ver qué tal. Giacomo me escribe aue está enfermo y que no ha ido a Oaxaca. Pobre. Sara me escribe que en su grupo hay dos bajas, que cenarán e irán al hotel. Casi que lo agradezco. Me como una sopa de pollo y nopal al lado del hotel con agua de melón (90 pesos todo) y me recojo temprano. Mañana ya dejo San Cristóbal.
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