Cruda y mota, no hay una sin la otra
Llevo unos cuántos días sin escribir y la verdad es que me alegra no saber cuántos son. Bueno y partamos de que he fumado yerba. ¡Vaya viaje el de anoche!
Ahora estoy en la cama del hostal escuchando el pum pum de la música (me hace pensar en si Giacomo será capaz de dormir). Las voces de la gente hablando en el pasillo o tal vez en la sala común pero que suena como si estuvieran en mi ventana. Me asomo y lo están (get the fuck out of here, please, I can't hear myself). Estoy algo lenta por la yerba, que habiendo comido y no bebido tanto, el pelotazo es totalmente diferente.
Me doy cuenta que escribía por rutina. Pero por qué.
Por haberlo compartido.
La forma de escritura es distinta, claro que ahora no fumo todos los días como para poner frases ajenas a los párrafos, que a la vez forman uno, perdiéndome dónde solo yo me entiendo.
Lo otro es describir. Describir literalmente las acciones del día y queriendo contar las buenas sensaciones; pero no se sintetiza. Se expresa tal como ha sido.
De la noche de ayer podría parafrasear algun halago, describir sucesos; esa cadena de piezas del dominó que se van cayendo, en vez de muros que se van derribando. La Lorena chapona que con los suyos dice esto en cincuenta repetitivas palabras y con desconocidos las resume en 20 y calan igual. Las 50 son mamá y las 20 son papá.
No voy a obviar que existe esa otra faceta cuando se es chaponna, esa en la que despiertas de repente, de ti mismo, en mitad del argumento; revisas el rostro que te mira y escucha, y razonas que no te sigue, que te estás liando o peor, que lo ha pillado hace rato.
A lo mejor solo flipa o está fascinado.
La putada es poder pensar en todo esto en apenas 10 segundos. Pensarlo si quiera.
Y fíjate, podré sobre pensar de manera pero no dejo de actuar, incluso aunque esta cuestión me la replantee a menudo (también).
Lo bonito del dos es que le sigue el tres; y en ese intento de ampliar tonalidades más allá del blanco y del negro, llegas al siete, al arco iris. Como bien reza 'Aposentos de una jamelga' en YouTube, 'fan del 3, favorito el 7'. En uno hay connotación sexual en otro no. Uno es el satisfyer y el otro las vibraciones. (Vicio, vicio!! Sin vicio no quiero estar..)
Compartirlo, volvamos a eso.
Puedo contar con las dos manos las personas a las que le he pasado este blog. Y este mundo nos induce al control erróneamente (me he terminado de leer 1984, que conste). Me explico: yo pa que pollas quiero ver en la bandeja de publicaciones una gráfica del alcance y repercusión que ha podido tener ese enlace que desboqué al scroll de una conversación de WhatsApp. Ver ese insignificante número es una perdición de pensamientos, no dominantes, pero si existentes, que influyen de alguna manera en la forma de expresión, en la falsa obligación de tener que cumplir para los 'fans'. Acostumbrarte a que se preocupen por ti, y que a cambio, lleguen al fondo de la entraña. Donde hay mucho o no hay nada.
Purita necesidad.
También desahogo. Al menos así no olvidaré tantas historias, como he perdido de guía, en Apple, o en general, en momentos importantes. La memoria es muy selectiva y yo reconozco que igual que me es fácil afrontar, también me es fácil huir.
Siempre a la par.
negro un tiempo,
blanco otro.
Opacos,
brillosos
(como los días),
grises cuando se nublan
o cuando hay de todo.
Escribo para mi. Para recordarme el presente en honor a un pasado menos literal. Mancillado.
La putada es poder pensar en todo esto en apenas 10 segundos. Pensarlo si quiera.
Y fíjate, podré sobre pensar de manera pero no dejo de actuar, incluso aunque esta cuestión me la replantee a menudo (también).
Lo bonito del dos es que le sigue el tres; y en ese intento de ampliar tonalidades más allá del blanco y del negro, llegas al siete, al arco iris. Como bien reza 'Aposentos de una jamelga' en YouTube, 'fan del 3, favorito el 7'. En uno hay connotación sexual en otro no. Uno es el satisfyer y el otro las vibraciones. (Vicio, vicio!! Sin vicio no quiero estar..)
Compartirlo, volvamos a eso.
Puedo contar con las dos manos las personas a las que le he pasado este blog. Y este mundo nos induce al control erróneamente (me he terminado de leer 1984, que conste). Me explico: yo pa que pollas quiero ver en la bandeja de publicaciones una gráfica del alcance y repercusión que ha podido tener ese enlace que desboqué al scroll de una conversación de WhatsApp. Ver ese insignificante número es una perdición de pensamientos, no dominantes, pero si existentes, que influyen de alguna manera en la forma de expresión, en la falsa obligación de tener que cumplir para los 'fans'. Acostumbrarte a que se preocupen por ti, y que a cambio, lleguen al fondo de la entraña. Donde hay mucho o no hay nada.
Purita necesidad.
También desahogo. Al menos así no olvidaré tantas historias, como he perdido de guía, en Apple, o en general, en momentos importantes. La memoria es muy selectiva y yo reconozco que igual que me es fácil afrontar, también me es fácil huir.
Siempre a la par.
negro un tiempo,
blanco otro.
Opacos,
brillosos
(como los días),
grises cuando se nublan
o cuando hay de todo.
Escribo para mi. Para recordarme el presente en honor a un pasado menos literal. Mancillado.
Para recordarme que así pienso y que "ellos nunca podrán entrar en ti" de Orwell, o que en efecto 'el mejor libro es aquel que te cuenta algo que ya sabes', así que tal vez este no sea tan buen libro.
En definitiva, no preocuparse que en cuanto me ponga vuelvo a los aburridos capítulos descriptivos.
Fran Perea el que lo lea
Os quiero
En definitiva, no preocuparse que en cuanto me ponga vuelvo a los aburridos capítulos descriptivos.
Fran Perea el que lo lea
Os quiero
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