Fernweh (21/11/2020)

Wanderlust en su versión opuesta: pasión por quedarse. 

Pero si el presente es un instante efímero que se torna pasado al convertirse en eso que llamamos tiempo o vida, ¿qué significa quedarse?

Quedarse es intangible. Como la intimidad de la complicidad, de las risas, de los silencios, de la música, de los amaneceres y los atardeceres. La primera impresión y la última guipada. La intimidad de la amistad. El álbum de la retina, el tímpano de las palabras, el olor de la piel, el placer del tacto, los colores de los gustos. Son las promesas cumplidas y por cumplir. Las despedidas. Lo que se queda a medio decir para medio sentir, y viceversa. Quedarse es la intimidad de una amalgama de recuerdos. Son huellas en la arena endebles al sortilegio del eterno vaivén de las olas del mar, perteneciendo al mar; y no esos zapatos zarrapastrosos, obstinados al oscuro rincón del armario y privados de ser utilidad o basura. Lo intangible es perpetuo. Permanece como un recuerdo, un concepto, una actitud, un deje, una habilidad, una lección, una experiencia. Es el libro que se presta sin esperarlo de vuelta. El desapego a lo tangible. Puertas que se abren y se cierran. 

Irse es volver: explorar senderos nuevos que traen recuerdos viejos.

Comentarios

Entradas populares