Texto independiente - Diálogo con Luna

 

Luna se tumbó en el reposapiés al borde de la ventana. Empezó por lamerse las patas, luego la tripa y terminó con la cola. Observó durante un instante el suelo perisguiendo con la mirada a la hormiga prófuga que recorría el piso con total libertad. Sintiose identificada. 

- ¿Qué crees que piensa esta hormiga? ¿Dirías que va en busca de la colonia, o por el contrario, huye de ella? -. Dijo al incorporarse.

- Yo creo Luna, que todo puede llegar a cansar si no se precia con buena perspectiva y actitud.

Entonces me miró fijamente.

                                                       

- Somos volátiles Luna. Hoy nos gusta algo que mañana puede que no, o viceversa. Resulta difícil mantnerse en una postura inamovible, somos cambios constantes sujetos a la treta del tiempo. Por eso hay veces que necesitamos escapar o volver.

- Háblame claro Hipatia.

- ¿A ti te gusta tu hogar y tu familia?

- Por supuesto. Me dan comida, cariño y libertad, ¿qué más podría pedir?

- Sin embargo vienes a mi casa porque te doy comida, cariño y libertad ¿no?

- Touché.

- Buscamos fuera lo que ya tenemos y queremos más, por eso escapamos. Tú consideras que los paseos por el lavadero te hacen feliz y paseas a tus anchas como dueña del lugar. Pasas por mi ventana para mostrar tu gratitud y luego vuelves al lugar de donde partiste, tu hogar.

- Lo que más me gusta de irme es volver.

- Veo que lo vas entendiendo.

- La verdad - decía irguiendo su postura - vivo como quiero. Levantó la cabeza con dignidad y conluyó.- Seguro que la hormiga sabe lo que se hace.