Soliloquios llevados a algo más que un boceto en un cajón

El contenido en todas sus acepciones. (...) Los puntos suspensivos son ideas.

Puede ser un recuerdo.

Recuerdo aquel día en el que me escocían los ojos, gritaba como si estuviese fuera de mi. En aquella lancha que se sostenía en un mar de desasosiego danzante. Un va y ven de olas acompañadas de brisas. Oía el barullo a lo lejos de niños que lloraban con desconsuelo y unos padres que armados de paciencia, dosificaban atención y relajo, desespero y contemplación en una sola barca. Prefiero el recuerdo de la salitre en la boca a aquel otro de tragar ingestas sumas de agua que agrietan gargantas desprovistas de saliva. Salvia. Salva.

Salvar.

Aquel era el mensaje del que nosotros éramos el contenido. A veces había que achichar. 

(...)

La ética. ¿Se puede llegar a comprender todo? Viniendo de ser simios. ¿Es eso quedarse en un pasado? O, más bien, determinarlo sin conocimiento de causa. Me perdío. Putos porros. Puta cabeza. 

Nueva crisis.

Nuevas dudas sobre ¿valgo? Quizir, si los palos de la vida llegan por sí solos, ¿exponerse no es perseguirlos? En esta sociedad con tanta oferta... y con sinceridad lo digo de buena gana ya que se me antojan creativas las ocurrencias de (...)

Darle demasiadas vueltas a todo.

A veces, está bien; te permite librar batallitas que te anotas con el orgullo de quien se marca un tanto. Otras, te retuerce con gran centrifugado del que suerte tendrías de salir ileso, como poco, mareado.

El triángulo es tan poderoso cuánto el círculo, y el resultado (=) de dos líneas paralelas, el cuadrado.

Es una ecuación tan compleja y yo tan de letras, que necesitaría un libro para explicarlo. Me hallo en busca de mi talento para concebir las palabras que puedan expresarlo en formato novela, pero necesito serme tan clara al exponerlo que me limito a definirlo, divagando, meditando como Marco Aurelio, lapidándome como si tuviese algo que enseñar al mundo.

Es para cortarse las venas,
y sí, lo he pensado. 

Pienso en mi. (...)

Decido yo por mí pero hasta cierto punto estoy condicionada, voluble, como el café; ah no, calla, que es soluble.

¿Es mi vida necesariamente útil como para ser seguida? ¿interesante al menos?
No, lo interesante es la forma de contarlo, atreverse a lo que uno se le da bien. 

Mierda. El centrifugado.

Ese maldito ruido industrial constante que rezumba en el oído sobre todo con los herretes de algún cordón replicando compasión. Me grita ¡básica! A veces, lo reconozco: ¡loca!

También puedo hablar de ese otro del que tomo pequeñas dosis. Un estado de ánimo suficiente, mezclado con bebida cualquiera para saciar la sed de la utopía y escoger momentos, palabras; otras poca agilidad motriz, mental; incluso nula. Vergüenza, tóxica o no (como algunos exs), rabia e impotencia, forman parte de mi. Inside out 2 me recuerda que también ansiedad. El famoso término.

La prepotencia no se me asemeja a una voluntad de prevalecer sobre el resto, más a una iniciativa de intentar mostrar lo que uno sabe con dos resumidas oportunidades:

1) Encontrar devotos a la causa, por entendimiento.

2) Adquirir seguidores, por oportunismo.

Mmm.. difícil de definir y comprender.
Obviemos el 3) rechazo. 

Mal empleo del lenguaje, ¿o no?
Son mis dudas, mis voces. ¿Pero son en realidad sólo mías?

A caso y por fortuna,
¿es verdad que soy la única
que se recrimina
cuando la lavadora le habla?
Ese grifo,
que derrocha agua
¿no es el baño de sangre de mi alma?
Y ahora, en este momento...
¡joder! me calman los ronquidos de Django,
¿o me presentan los nervios de ansiedad
que ha vuelto de vacaciones?

(...)

Absurdo.

Se me cae el pelo.

(...)

Hasta cuándo se puede "fingir" ser lista utilizando apenas una forma de expresión tan punzante y cabizbaja que nada tiene que ver con este otro tan básico, añejo y carente de referencias más que un animal hablándole a otro.

Ladro.
Aullo.
Grito.
Enfermo de voz,
y automáticamente,
de fuerza.
Aprendo a camuflarme
entre las hierbas,
a observar a mi objetivo,
para comérmelo o no,
y alcanzarlo si me lo propongo.

Oigo llover
y los ronquidos de Django.

Quién fuera más perra. De mear alto, por encima no del hombro sino de las lentes por las que cada uno mira. ¿Cuál es tu color favorito?

Y se pintó dos rayas en cada mejilla.

(...)

"No te pongas en lo peor", decían. ¿Por qué será?

(...)

Me encanta este arrebato de energía.
¿Tú lo leerías en voz alta en tu video propio?

Yo he decidido contarlo así.
(Sobra, se justifica.)

(...)

Vaya al final viene Palomo a dormir, cambio de planes, encierro en la habitación. 

- ¿Te molesta?

- En absoluto. Me siento como el adolescente que se queda solo en casa y sorprenden los padres en el momento de más gloria alcanzada, por lo que, sin duda, desdichoso. Sin embargo me digo "¡qué porras! ¿No eres a caso una adolescente en crisis, otra vez? Los adolescentes adoran ese minúsculo cuadrado que encierra todo su mundo, o más bien, toda su intimidad. ¿A caso no tienes tú acondicionado tu cuarto con ese fin? ¿La decoración que adornan las paredes de tu casa no son para convertirlo en un hogar? 

Miro en derredor.

Unas luces con pinzas airean fotos de cámaras instantáneas iluminando los recuerdos. Dónde un día encontré una hermana de lo que experimenté como familia, a veces llevando fatal ese rol de familia, otras haciendo cosas bonitas, o encontrándolas; en una especie de jaula donde suena música electrónica que hace vibrar mi mejor versión o al menos, la más temperamental. La sonrisa lo demuestra. La mejor cita de mi vida, dijo un día Emile sobre Isa, y nos encontramos en un trio vicioso, como si fuese una pelea, de la que el número tres acaba por resultar el mejor aliado, aunque el favorito es el siete. Y en adelante, todo suma.

Desde el día que te cortan el cordón umbilical, buscas esa fuente de alimento de todo cuanto te rodea en una familia que por sangre siempre será tuya. Cobra forma de compañía y viaja en barco, en coche, en imagen, en entorno, en una versión actualizada; no sé si ridícula, pero siempre acompañada, permanentes y perecederos, cortos y no tan cortos, como los lazos, como Dios nuestro señor, ¡pero qué señoras! lazos, cercanos y lejanos, pero significativos; otras sin explicación y como mujer.

Podría ser mejor. Mejor, podrían ser gatos.

Entonces si que no habría mundo,
no habría un antes, y un después;

Una ventana por la que ver los rayos de sol aun viendo como se muere toda tu esperanza en ese único girasol que ni su cadáver eres capaz de ventilar. Y ese cactus que asoma, como no lo cuides a tiempo sigue por el mismo camino. Esa verga no, esa es la más afortunada por encontrarse en manos de mi yaya. Yaya dame un abrazo. O cántame. Yo te leo, te pinto y si me tienes paciencia mientras aprendo te palmeo. No hay nada que me gustaría más, aunque llegue un poco tarde.

Y eso que suelo llegar antes de tiempo, aunque no sé si de hora.

De nuevo el tablon. 
Orden. Un calendario que parece que por fin me funciona, al menos casi todo. 

Siempre hay un casi.

Y tareas, por doquier. Se me olvidaba tachar una. ¿Es peor la sensación de no hacerlo todo o de hacerlo todo con tiempo? Depende de lo que se reciba de vuelta a la suerte, karma o circunstancia de uno mismo. 

Me gusta demasiado el equilibrio. De hacer por vez. De tener luces de Navidad en primavera que parpadean al son del estado de ánimo de música o silencio. A lo cutre y lo elegante; al amor que pueden llegar a tener por ti, y tú no verlo más que con un ojo. En vez de con ninguno. Al menos no con los dos.

https://youtu.be/AylmdreAKEM?feature=shared -> SIMPLIFICADO.

Sigo extrañando ese compañero más aliado pero a tiempo discontinuo sin que deje de ser fijo. La falta de ganas me lleva a la falta de prisa, ¿o era al revés? No, a veces no es el primer pensamiento o la primera intuición. A veces. Todas las demás, sí. ¿Cómo va a existir un todo? Claro que no existe. Es vacío, como las palabras. Como las intenciones. Como los beneficios. 

La madre que me parió que pesimista soy cuando quiero. 

Aunque este sentimiento aparezca detrás de la palabra amor a simple lectura, no quiere decir que lo haya escrito en ese orden. Fíjate, de nuevo, la importancia del orden y de las palabras.

La hierba no me está sentando mal.

A ver si eso de ser fumadora tiene que pasar si o si por la etapa del hash a la yerba. Uf, me voy a poner Morodo. Vaya, resulta que si que se ponerme banda sonora, o que el cuerpo y la memoria saben lo que piden.

En realidad esto leído sin voz no tiene gracia. Sin mi voz.

Es lo que tiene no contar nada. O le pongo mi tono o entra como sale, recordando que soy disléxica por vicio y de tanto decir nepe ya alterno e intercambio palabras de lugar.
B I D I R E C C I O N A L. 

Si lo repito una vez más deja de cobrar sentido la palabra.
Curioso reflejo.

D I S C U R S I T O.
Decorado.

Oye, pero mío. Y me siento O R G U L L O S A con todo el miedo que eso conlleva. Y las meteduras de pata, pues la torpeza tiene su encanto. 

¿Qué no tiene encanto?
¿No encuentra un calcetin negro con letras en la planta similitud con uno negro con lineas horizontales en la tobillera?
Los intercambios de color te hacen eclosionar, directamente.
¿No hay dualidad en Demian, en el Lobo Estepario, en un día de lluvia y en uno de sol?
Falta de encanto tasa bien con encanto fatal. ¿Qué cara quieres entre un día de brasero y uno de terraza al sol?

Que pesados somos los que nos las queremos dar de escritores.
Los que soñamos siendo ignorantes.
Los que luchamos como podemos sabiendo que se puede dar más, pero también menos.
Como con el trabajo.
Como en Después de Amar: porque todo pasa, todo llega. ¡Y el drum and bass es tan divertido! 

Es como ser adulto con la certeza de que el único camino para seguir soñando es sentirlo como un bebé, donde o lo primero son negativas o es un condenado impulso hacia el peligro. Y ahora vuelve la prisa de ponerse manos a la obra, en vez de seguir aquí, divagando; conspirando al olvidar precedentes que le autoricen este condenado desamor de olvido a la historia.

Suena: "Meditating Over A Photo" después de este repaso memorial.

Le has puesto la pizca para que el condimento de la inspiración vuelva a la receta, como toque secreto, de un pequeño insdie-out. Le has puesto un puto blues de banda sonora. Y no hay nada que me encienda más. 

Me preguntabas como estoy ahora.

Estoy muy Virgo (tal y como te defines a ti misma) arisca, pesada cuando hablas de cierto tema, mental e introvertida. En mundos más allá de los libros, solo que sin subrayar y reconsultarlos. ¿Quieres ser el el triángulo y yo tú círculo? Conmigo siempre existe un viceversa, al menos, un concepto, un ideal de todo aquello que podría ser. 

Muy humana.

Ahora estoy con un pedazo menos de coraza pues me la han burlado un poco, estoy vulnerable; tal vez de igual modo más defensiva. Perdona las duda detrás de cada "tal vez", y no olvides que tras la duda se encuentra la imaginación que conduce por aquellos caminos, mayormente poblados, que nos conducen más a los miedos que a los alivios, por pena y condena propia o ajena; llamado conciencia.
Suena "I'm so Lonely",

del verbo to be, ser o estar.

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